" Mis pasos vacilantes hundiré
sobre mareas de blancas nubes,
y cruzaré el collado sureño
llenando mis ojos de sueños ,
y
llegaré con mis dedos calmados
a
tocar mi gran sueño helado…”
En Sierra Nevada, la Madre de mis Montañas.
Mulhacén, Muley Abén Hacén,
el rey maldito, el último rey de Granada que murió siendo rey, desde hace un
año nos espera su montaña en la que
pusimos nuestros ojos sobre su altura helada…
El track de la ruta http://es.wikiloc.com/wikiloc/spatialArtifacts.do?event=setCurrentSpatialArtifact&id=9424864
Mi amigo Joaquín, el de las
paredes y crestas disfrutonas, ha vuelto, ya está de nuevo entre riscos, entre
los dos planeamos durante meses la
subida al Mulhacén, decidimos que la ruta con más nieve es la que va de la Hoya de la Mora al Mulhacén, más difícil
que la vía normal de invierno desde el refugio de Poqueira, pero era factible
para nuestro nivel de alpinismo.
Se acercaba el día clave, iríamos los de siempre, Josechu, Jesús,
Alejandro y yo más el anfitrión Joaquín, inicialmente pensamos en dormir en
Granada y empezar por la mañana del viernes a andar, luego quedamos a las siete
y media de la mañana para salir de Extremadura y empezar a las una, luego
retrasamos a las nueve y empezar a andar a las cuatro, nada saldría como se había planeado, es lo que suele pasar…
Salimos Josechu, Jesús y yo el viernes 17 de abril de 2015 desde mi casa
en Extremadura casi a las diez de la
mañana, Josechu se retrasó, cuando llegamos a Granada fuimos a por Joaquín a su
casa y para sorpresa de todos, nos lo encontramos en mal estado, esa misma
mañana había empezado con un cuadro viral, no era plan meterse en la nieve con ese cuerpo,
así que se quedó en casa.
Llegamos sobre las cinco de
la tarde al aparcamiento de la
Hoya de la Mora,
donde nos esperaba desde hacía una hora Alejandro que venía de Madrid y había
cumplido con el horario acordado inicialmente, como siempre…
Nuestra idea en ese momento
era, llegar hasta el refugio de Pillavientos para dormir allí y luego al día
siguiente subir al Mulhacén y si podíamos bajar al Siete Lagunas, ya que
Alcazaba iba a ser complicado con los márgenes de tiempo que llevábamos, para volver por la tarde a la
Hoya Mora.
Cuando estábamos
preparándonos llegó un coche que se situó al lado nuestro y bajaron dos
montañeros de Vélez-Málaga que también iban al Pillavientos, aprovechamos y nos hicieron unas fotos, y como
decían que no tenían prisa y que ya le abriríamos huella nosotros, salimos para arriba sin esperarlos.
La subida desde la Hoya de La Mora a 2500 metros, para llegar al collado de la Carihüela a 3200 metros son 700 metros de desnivel
en seis kilómetros, por lo que está bastante empinadito, una buena manera de
empezar la tarde tras cinco horas y
media en coche.
En poco tiempo nos encontramos la Virgen de Las Nieves y tras
ella veíamos al Veleta en lo alto…
Seguimos y seguimos, sorteando las nubes que nos abrazan sin cesar, llegamos
a las posiciones del Veleta y empezamos a encontrarnos pistas de esquí, por
fortuna a estas horas ya habían cerrado la estación, podría ser peligroso con
esquiadores…
Vamos viendo las lomas de
Dilar con sus telescopios, las nubes están a nuestros pies, en la última cuesta importante antes de la recta final topamos con
una placa de hielo, así que nos colocamos los crampones, no es para menos.
Hemos subido a ritmo, sin
prisa pero sin pausa, eran casi las ocho de la tarde, llegamos al collado
de la Carihüela, vistas
impresionantes, paramos a por fotos, no queda más remedio…
En este trance, nos alcanzan
los montañeros de Velez-Málaga, Ramón y Samuel, este último con grandes picos
asiáticos a su espalda y con gran experiencia en Alpes, buena compañía.
La noche se nos echa encima,
decidimos los seis seguir hasta el refugio de Pillavientos, el de la Carigüela está lleno de
agua y la entrada casi cubierta de nieve, además por la noche suelen llegar
muchos montañeros en viernes.
Tendremos que cruzar los
Vasares del Veleta, luego la Hoya
de los Machos, y tras pasar por la cabecera de Rioseco se llega a Loma Pelá
donde en el extremo se sitúa el Refugio de Pillavientos a 3100 metros, son más de
cinco kilómetros de laderas nevadas, con caídas continuas de 200 a 300 metros de patio y en
algunos puntos inclinaciones de 50º, iba a ser divertido, y más de noche sin
luna, donde todas las laderas son pardas…
Comenzamos a bajar desde el
Collado, no había huellas, las recientes nevadas habían colmado todas las
laderas de nieve y dificultaban el andar, te hundías hasta las rodillas, por lo
que el que abre la huella tiene que
hacer un gran esfuerzo, Josechu ,nuestro quitanieves particular se puso a la
cabeza, pero duró muy poco, no se encontraba bien, nos turnamos muy
frecuentemente, nos hundíamos mucho y era difícil avanzar por esas empinadas
laderas , entonces decidí coger yo la cabeza, me encontraba fuerte.
Los contornos algodonosos van inundándolo todo en suave oscuridad... |
Ramón el Malagueño. |
De noche, todas las laderas se vuelven pardas... |
Se nos cayó la noche encima,
sacaron los frontales, pero yo en mi afán de avanzar lo máximo no quería parar
de abrir huella, de repente me encontré en una placa de hielo, 45 grados de
inclinación, no veía nada, no podía quitarme la mochila para coger el frontal,
abajo un precipicio de roca, arriba más roca en una pared, era un desfiladero, no sabía si ir
arriba o abajo, la adrenalina se disparaba, mis ojos no veían ni siquiera donde
pisaba, allí estaba que ni para arriba ni para abajo, cabeza fría, cabeza fría…,
si bajas y te apoyas en las rocas podrás
sacar el frontal, me tiré para abajo y en apenas dos metros me encontré con una cornisa de casi un metro de
ancho, me coloco el frontal…,como te engaña tu cabeza, es una terraza amplia,
no había tanto peligro, todo está en la cabeza…es lo que tiene la oscuridad. Por
detrás lo están pasando peor, les digo que bajen de la placa de hielo que hay
cerca “tierra firme”, a Alejandro se le cae un bastón que rueda muy cerca de mí
y se detiene en la terracita sin caer al abismo… llega desde atrás Samuel, se
estaba colocando los crampones, nos explica que el hielo es más seguro que la
nieve, se clavan mejor los crampones y el piolet, yo no lo veo así, mejor dicho, por ahora no veo casi nada...
Nos reagrupamos en la
terraza, el grupo está muy tocado, la nieve blanda ha fatigado de más, seguiré
a la cabeza, tengo el GPS, un pequeño despiste y te puedes meter en apuros
graves, tengo que pararme continuamente a esperar, mis amigos van muy
fatigados, sobre todo correcaminos Josechu, el mundo al revés, hoy espero
yo…será porque juego en casa.
Se suceden los minutos con el
ruido de la nieve al rajarse con los crampones, va mejorando, no te hundes
tanto, mejor así, en la oscuridad no ves lo que hay abajo, no sabes que pasaría
si caes y la incertidumbre da casi más miedo que la certeza de una muerte
segura…
Jesús no hace más que
preguntarme cuánto falta, como si yo supiera a oscuras y andando por nieve
cuando se va a llegar, hace más de una hora que le voy diciendo que falta una
hora…cuando lea esto lo mismo se mosquea…
Seguimos, llegamos a la
cabecera de Rioseco, hay alguna huella de esquís, al menos ya no hay que mirar
tanto el GPS, se hace interminable, la tensión se palpa en el ambiente, yo
realmente tras el sustillo de la placa de
hielo, estoy disfrutando como un enano…
Llegamos a la curva de la Loma Pelá, por fin
aparece la pista que hay bajo la nieve, se acabaron las laderas mortales de
oscuros precipicios…
Apenas faltan 500 metros, quiero
seguir, sopla el viento y me enfrío, pero paramos a comer algo, Josechu no va
bien, ni tampoco los demás, los montañeros de Málaga que van más enteros dicen
que siguen, que se enfrían. Me quedo a
esperar a mis amigos, aunque mis piernas piden más caña…ya vienen, ¡Venga!, que no queda ná… tengo que
ir frenando para no dejarlos atrás, van muy tocados, la noche te come la moral
y la oscuridad alarga la distancia y ahonda la nieve…
Son las doce de la
noche, hemos llegado, el refugio está
estupendo, Samuel y Ramón ya se están preparando sopita, es la hora de reponer
fuerzas…
Ellos se van a levantar a las
cinco para hacer la cara norte del Mulhacén o alguna ruta guapa, yo sugiero
hacer al día siguiente lo de siete lagunas, pero está la moral muy baja, así
que nos acostamos casi a las una de la madrugada y pensando en subir al
Mulhacén y al Veleta en la vuelta…
Los malagueños se levantan a
las cinco, Ramón no se encuentra bien, al final deciden tirar a hacer algo que
no sea muy duro, según se dice, nadie ha dormido en toda la noche, pues no sé
de quiénes habrán sido los múltiples ronquidos diferentes que no me han dejado
dormir…, los malagueños salen casi a las seis, nosotros seguimos en el saco y
en esta hora que el cuerpo se vence es cuando de verdad descansas, a las nueve
ya están de vuelta, nos levantamos, hemos conseguido dormir algo de seis a
nueve, al menos yo.
Nos despedimos de nuestros
amigos Samuel y Ramón que se van de vuelta al coche, han acabado por esta vez y
nosotros no hemos empezado, tras dejar parte del equipaje en el refugio salimos
para coronar el Mulhacén, son casi las diez de la mañana.
La nieve está perfecta,
tenemos media hora de ladera hasta la laguna de La Caldera donde empieza la
subida a la gran mole, Jesús que tuvo otro episodio de tirones musculares por
la noche, parece que está bien, Josechu correcaminos, vuelve a ser el mismo, ya
está primero de pisanieves, Alejandro hoy no se encuentra muy bien, y yo como
nuevo, aunque por la hora que es, sólo podremos ir al Mulhacén y volver por el
mismo camino, que no es poco y si quedan fuerzas subir al Veleta…
Comenzamos a descender hacia la Caldera, la nieve está perfecta,
como dice Joaquín “crujiente”, la figura del Mulhacén se nos aparece de frente,
con su ladera oeste llamándonos…
Josechu, el pisanieves...,preparado. |
Delante del Mulhacén,por su cara norte hubiera sido más emocionante... |
“ Y un ente eterno de blanco y
roca
se alza tirano pidiendo cielo azul…"Me hubiera gustado poner la foto de la cara norte, este lado queda muy suave, cuando la hagamos... |
Estamos en La Caldera, de la laguna un
llano helado, comenzamos a subir, primero al collado cervatillos y luego en
zigzag que aunque la pendiente es grande no hace falta apoyar manos, Alejandro
y yo nos adelantamos, mientras Jesús y Josechu hacen fotos desde Cervatillos,
la cuesta se hace larga y lenta, nos felicitamos de que esté la nieve perfecta,
nos facilita mucho las cosas.
La laguna de la Caldera en su sueño invernal. |
Refugio de la Caldera. |
Collado Cervatillos. |
Puntal de La Caldera, lo más alto. |
Recta final. |
Ya estamos arriba, son las
doce de la mañana, hay un grupo de montañeros de Granada, y aprovechamos para
que nos fotografiaran en la cumbre de la península, no sé cuántas veces he
subido, pero es la primera con nieve y es todo diferente. Desde aquí en días
claros se ve hasta el Atlas, hoy no lo es, pero las vistas son impresionantes…
Disfrutamos de nuestra cumbre
tan ansiada, aunque ya estuve en verano
y la ruta era casi la misma, no tiene nada que ver, Alejandro se puso a hablar
en Inglés con un escocés que subió sólo
y sin crampones por la cara sur, tenemos que bajar la vuelta es larga, y el sol
está apretando, nos va a reblandecer la nieve…
Bajamos en un instante,
bendita ley de la gravedad, no nos podemos parar mucho si queremos subir al
Veleta,vemos por dentro el refugio de La Caldera, en muy buen estado y más grande que el Pillavientos.
Desandamos el camino ahora mucho más blando hasta el Pillavientos tendremos que subir un poco,allí comemos un poco y rehacemos las mochilas.
Desandamos el camino ahora mucho más blando hasta el Pillavientos tendremos que subir un poco,allí comemos un poco y rehacemos las mochilas.
Son más de las dos de la tarde, volvemos, de día todo es diferente, la
nieve más segura, el barranco menos profundo, las montañas más cercanas, es el
mundo que estamos acostumbrados, y no hace falta imaginárselo, sólo hay que
mirar…
La senda estaba pisada, las
huellas nos facilitan el paso, y vamos a buen ritmo, sin prisa pero sin pausa,
vamos por la cabecera de Rioseco con sus raspones y sus crestones, donde un día
hubo un refugio llamado Félix Méndez.
Entre los crestones hay un
mirador que da a la cabecera del Genil, abajo yaciente está Laguna Larga, la
más grande de Sierra Nevada, y para mí la más fría, al menos en aquel baño hace
más de veinte años…
Barranco Valdeinfierno.Apenas se aprecia la pendiente real. |
Laguna grande estaría abajo. |
Mulhacén vigilante de nuestras espaldas. |
Alejandro no va bien, está
penando en demasía, no nos dice nada, pero lleva los pies llenos de ampollas,
vamos parando para hidratarnos, pero nos estamos quedando sin agua, tras pasar La Puerta cambiamos a la
cabecera del río Veleta, la nieve está blanda pero se avanza bien.
Los Raspones de Rioseco. Yacimiento de excelentes cuarzos. |
Los Crestones de Rioseco que acabamos de cruzar. |
La Puerta. |
Vista atrás desde la Puerta. |
Vista adelante, próximos al Collado del Lobo. Pico los Machos a primer plano. |
En camino del Collado del Lobo, se vuelve a empinar el camino, en el collado del
Lobo nos encontramos unas vistas del Mulhacén y Alcazaba increíbles, con las nubes ascendiendo
desde el barranco de Valdeinfierno…sin palabras.
Salimos al desfiladero donde
estaban las placas de hielo por la noche, hay una chorrerilla de agua en la pared que
mezclamos con nieve y polvos de
naranjada para beber, una granizada muy helada…
Barranco del río Veleta. |
Seguimos y a lo lejos se ve la Carigüela, la subida va
a ser difícil, la nieve se va ablandando, Jesús y Josechu se adelantan,Alejandro y yo vamos más tranquilos,el viento te hace ponerte y quitarte ropa continuamente, la cuesta es interminable, te hundes en la nieve, es dura la vida de alpinista… y más si vas con una
pájara, tendré que comer algo arriba o voy a bajar rodando hasta el coche…
Veleta en su cara sur. Tiene una trepadita muy interesante por la vía Fifel Fierro. |
Nos queda una buena cuesta, al fondo. |
La subida se empina... |
Alejandro, compañero de fatigas cuesteras... |
Ya se ve La Caruhuela,¡Por fin!. |
En la Carihüela son casi las
seis de la tarde, comemos un poco, ya iba haciendo falta, hay una humedad terrible en el refugio, está
encharcado, cuando salgamos va a hacer mucho viento y muy frío, ya hemos probado bien
su furia en la subida.
El Veleta tendrá que esperar,
se ha hecho tarde para subir, se sale de la Carihüela y se tiene que
llanear dirección al pico, si empiezas a bajar acabas en Borreguiles, bien
lejos del coche, no hay esquiadores, no hay nadie, prácticamente sólo nos
cruzamos en todo el día con un grupo de diez personas, un lujo de montaña…
Collado La Carihüela. 3200 metros. |
Tajos de La Virgen. El camino a Elorrieta y al Caballo,pasado de gloria... |
Vamos descendiendo con las
Lomas de Dilar a nuestros pies, las nubes luchan por subir a coparnos, pero
poco a poco somos nosotros quienes bajamos en su búsqueda, tomamos una pista de
esquí para descender más deprisa pero al llegar al llano nos hundimos, así que
nos salimos y nos quitamos los crampones.
La niebla nos rodea en un
instante, como cambia todo, tengo que guiarme del GPS para llegar hasta el
coche, son poco más de las ocho de la tarde, la aventura de acaba, bajaremos a
Granada donde espera Joaquín, nuestro gran anfitrión…